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  Ser quisiera ser como la Flor de Loto que inmaculada existe encima del lodazal Me miro en el espejo del implacable espíritu y en todo resulto más similar al mundano lodazal que aún no se ha dado cuenta que encima de sí crece la luminosa Flor de Lotos
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 Hoy hace 4 años atrás murió mi mamá Tengo una relación tensa con las redes, entonces me pregunto ¿Para qué publico que hace 4 años murió mi mamá, a quién en realidad de las personas que vean el encabezado y ni siquiera lean les importará que mi mamá haya  muerto y menos, que vaya pasando el tiempo y lo sigamos contando con esta fecha? No importa, escribo hoy hace 4 años murió mi mamá.  Al escribir siento un raro sentimiento,  sigue siendo, aunque no tan intenso,  un dolorcito  que se cuela  en mi corazón y estómago, la nostalgia de su presencia, pero esta vez, en lo que más pienso es en que sé exactamente qué estaba haciendo yo hace 4 años, sé que estaba haciendo exactamente el 22 de enero, pero más que nada sé que estaba haciendo el 21 de enero del 2020, día y noche que la cuidé por última vez. La vi como mi madre, esa mujer de espíritu enorme, la vi guerrear para no morir y luego la vi guerrear para poder irse y me asomé con ella a ese inconmensurable más allá que me daba escalofrío
 Lo escribí con mucho amor, el intento fue decirle a niños y niñas lo importante que es la relación con la naturaleza y la comunicación mágica que tenemos los humanos a través de los sueño y nuestras intuiciones, lo creativo con la naturaleza, con los Árboles y los animales. Han pasado 15 años, lo leo nuevamente y grabarlo, con errores y equivocaciones y todo, es mi manera de volverlo a crear y compartir. Tal vez, ahora pueda crear la segunda parte que está germinado desde el mismo momento que el 8 de diciembre de 2009, cuando terminé este se sembró. https://www.youtube.com/watch?v=bqXB-m4xFKg
 Tierra bella, tierra verde, verde silencio, verde nostalgia, verde raíz. Tierra bella por donde han transcurrido mis pasos y mi aire, en donde he sido a pesar mío, a pesar del tiempo. Tierra: un sentimiento espiritual materializado

En el último giro de la rueda

  Enero 4 de 2024 Por si alguien me ve, por si alguien me escucha He publicado 7 libros, todos ellos con mi dinero y ninguno ha tenido la resonancia que da el convertirme social y laboralmente en escritora, pero lo soy, una escritora que cuando publica da. Tengo cientos de mis libros en cajas en mi apartamento, y sigo escribiendo, escribiendo poemas y sobre todo reflexiones tan personales, tan mías, que requiero deshacerme de ellas, que están bajo el título: “El último giro de la rueda”. Se suponía, y tal vez algún día lo sea,   este sería  mi último libro. Uno de mis temas más recurrentes, debo decir, hacía fuera y hacia adentro, es el intento de dar respuesta a la pregunta de por qué publico. Tengo en claro por qué escribo, esto porque en realidad no hay una respuesta que se dé como causa - efecto.  Yo escribo no porque crea que lo haga bien o mal, o porque quiera ser escritora, en realidad cuando adolescente sí que quería ser escritora,  porque escribir me consumía todo el tiempo qu
Descubro algo que estaba a la vista desde siempre, aún así me causa ricita;  escribo porque siento que casi todo lo que puedo decir, solo me lo puedo decir a mí misma, desde niña, escribir es mi manera de hablar conmigo, paradójicamente  a veces mi decirme se enmascara tan bien que nadie puede entender, salvo yo, lo anecdótico de lo  escrito, entonces los textos que son  mi manera más sagas de guardar silencio, de no decirle a nadie,  pueden ser leídos por cualquiera y de vez en vez publico, y alguien me dice algo de lo que leyó, hace suyo lo que leyó escrito por mí, sucede una magia, la magia de la liberación de mis silencios que vueltos palabras se expanden sin revelar mis secretos.
 De cuando en cuando me pregunto: ¿Qué les permite creer a los creyentes de cualquier credo? No me es posible la creencia, no me es posible la ilusión calmante de poner mi fe en cualquier ilusión, y no se trata de una mirada positivista de la vida y el mundo; sé que existe lo invisible, sé que existe lo abstracto, el mundo encantado, pero no me es posible creer con esperanza ciega que algún ser, alguna fuerza me va a resolver mi vida o la vida de cualquiera, que algo más allá de mí y este devenir va a recompensar con premios mi "ser bueno". Es inútil clamar a los dioses cualquiera que sea la naturaleza de estos, de si son reales o simplemente inventos que el pobre humano creó en su pánico de vivir sin más sentido que buscar la comida y el techo. Cuando estoy frente a un creyente lo miro con una curiosidad enorme, y solo me pregunto ¿cómo hace para creer? Creo que envidio si envidiara, esa paz que debe dar soltar en manos de otro o de lo otro el resultado final de mi