Ir al contenido principal

 El afuera me pierde.

Todo va tan rápido, camino rápido, la gente camina rápido, y me quedo sin aire, por eso me detengo, paro y el mundo sigue, nada puedo hacer, no puedo seguir al ritmo del afuera. El afuera me pierde, en el afuera me pierdo. Salí de mí para alcanzar algo que ahora no recuerdo qué era. ¿Era acaso ser con los otros’?

 

¿Quiénes son los otros que hay afuera? ¿Esos otros de afuera, son mis otros?

 

Cómo saberlo, si ya no recuerdo quién soy yo. Pero el corazón me late y el alma me llora, cuando paso los días entre muros y máscaras, como si ser eso, no es lo que yo era

 

Algo en mí, algo que se quedó conmigo quiere ver el cielo y hacer silencio.

 

Ahora me busco. No,  no me busco, solo me añoro, solo me anhelo,  pero no como si me añorara a mí misma, más bien es como si añorara a otro que estaba en mí, que me habitaba, que iba conmigo en el silencio de mi mirada.

 

Entonces apago la luz, y espero, cierro los ojos, para no ver mis máscaras, cierro los ojos para que pueda ver aquello que solo se ve cuando no se ve nada.

 

Deseo verme aparecer, minúscula yo, pequeña yo, yo lo que yo era. Planeo: cuando me vea, me abriré los brazos y me daré mi sonrisa franca, me serviré la mesa y me hablaré bajito, y esperaré a que yo me cuente cómo era yo.

 

Yo callaré, nada diré, solo beberé los recuerdos de eso que yo era.

 

Comentarios