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Mostrando entradas de julio, 2013

En primera persona II: El muro

El muro                                                                               Cuando  era niña (8 años)  vivía cerca de una fábrica de ladrillos, o mejor dicho, uno de mis vecinos, fabricaba ladrillo artesanal en su casa. Uno de los nietos del vecino estudiaba conmigo, por eso pude ver muchas veces como se hacía el ladrillo y alguna que otra vez ayude a vaciar el barro en el molde antes de pasarlo al horno. Este proceso me fascinaba, coger el barro rojizo, limpiarlo, amasarlo, darle textura y luego ponerlo en los cuadrados de madera que les daban forma, someterlos a ese fuego  también rojizo y unas horas más tardes verlos salir muy calientes mutados del hermoso barro al frío ladrillo, del blandito barro al duro ladrillo, del vivo barro al muerto ladrillo. Muchos años después, fui  a ver el muro (the Wall), la metáfora de la película, por lo menos la que interpreto, es que todos somos un ladrillo en la pared. Cuando la vi, me sentí como si cayera en un abismo. Tanta o

En primera persona III: sobre el enseñar

Enseñar Cuando pensé en escribir en primera persona sobre el enseñar, la imagen que me vino  fue la siguiente: Ringo, el perro de la casa está detrás de brisa una cachorra que acababa de llegar, la empuja, le está enseñando a subir las escaleras. Seguramente si Ringo no hubiera hecho de maestro tutor igual Brisa habría logrado en algún momento subir las escaleras, eso cuando su tamaño diera para vencer el miedo, que según interpretamos era lo que sentía ante el escalón, miedo de subir, eso parecía porque temblaba y lloraba. Enseñar a los nuevos, al recién llegado, introducirlo en el mundo eso dice Hannah Arendt que es educar, lo remite a los humanos por supuesto, pero yo creo que todos los animales le dan la bienvenida a sus recién nacidos  a la comunidad de su especie, solo hay que observar a una gata enseñando a tapar sus necesidades a un gatico, o a un pájaro (copetón que es lo que he observado) lanzando al vuelo al pichón. Tal vez  los humanos como  los animales

En primera persona I: Pensando el saber y la educación

Pensando el saber y la educación Las palabras, ¿qué son?, muchas cosas son, son verdades y son mentiras, la más de las veces son máscaras y juegos (juegos de palabras) con las palabras se juegan juegos, a esos juegos se les pone nombre, las palabras son académicas, son poéticas, son prosaicas, son vulgares…pobres palabras, pobre escritura, presa en el mundo de las apariencias… Hoy quiero liberar palabras desde mi mente, mi boca y mis dedos (que escriben) hoy quiero escribir palabras más allá de las márgenes, hoy quiero que las palabras me digan y digan, en primera persona, y sin citar a nadie que haya dicho antes que yo, por lo menos ninguno de esos que hay que citar para que las palabras sean consideradas “académicas” o publicables, o rigurosas. La verdad considero absurdo que en el juego de las academias y los “centros educativos” las palabras y los pensamientos solo sean valoradas porque las dijo alguien que se supone tiene más neuronas que uno o más prestigio, como