DIQUE
Las tripas
se contraen unas contra otras como un derrumbe que arrasa las raíces, los ojos
se convierten en diques que detienen las aguas
que el alma quiere sacar intentando que entre el sol, mas se inunda y el
ojo mira el alma y el alma mira el ojo, intentando desesperadamente volver
palabras o grito esto que se siente, no lo logra, todo se vuelve un silencio
mordaza, una soledad de entierro sin llanto y sin queja, solo tristeza de la
carne del ser convertida en carroña, en banquete para buitres que están
ausentes, que se espera se asomen en el cielo que con nubes ocultan cualquier
rayo de sol o de saber. La verdad no nos hará libre, esa es la última verdad
que hay que proclamar.
El saber y
la verdad se encuentran en un bar a beber historias y a reírse un poco de los
que en dos patas caminan y de los que entre ellos pretenden salir de la
caverna, ilusos, se dicen, nadie es libre en un mundo de esclavos.
Por los
muros de los sueños camina una araña, lentamente, dejando su hilo por si en la
eternidad tiene que volver no extraviar el camino.
Yuri Magnolia Arias Montenegro
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